domingo, 14 de diciembre de 2014

Es espina, no poesía.

Un abrazo de Goliat
siendo David el que lo da.
Es justo lo que quiero,
mas no te pido el cielo;
sólo no verte en sueños
y que duela el recuerdo.
Que vengas preciosa con tu vestido blanco,
sangrado, con mi corazón apuñalado
entre tus manos.
 
Y cavando mi tumba
descubras que todo,
absolutamente todo
lo que viví contigo
no tiene nada que ver con el destino.
 
Que llevaba de puta madre mi ceguera
por haberte amado más que a mi vida entera,
pero ahora está partida
y yo la he perdido con el mejor as de la baraja.
 
Posdata: devuélveme mi alma.