Más
vale cerveza en mano que cientos de versos volando.
O era al
revés,... no lo recuerdo bien.
Yo sólo
sé que no necesito nada que no sea arte,
que no
me importa la vida siempre que haya poesía,
porque
lo de ser poeta es un papel que nos queda grande.
Porque
una canción podría salvarnos de la extinción.
Que
somos humanos, pero depende.
Si te
vendes por aplausos,
por un
público,
te
quiero, pero bien lejos.
Que
menuda ofensa ésa,
donde
dices ser algo que no eres.
Mira,
déjalo, un cuadro
no es
sólo un cuadro,
es un
sentimiento que jamás te diría mirándote a los ojos.
El mismo
que me produce cuando hablo del tacto,
del roce
de dos corazas que se oxidaron.
Y eso,
joder, eso es arte.
El arte
de amar lo que haces porque lo sientes,
porque
lo vives,
porque
al fin y al cabo, yo no sería nada sin él.
Porque
el mundo tampoco sería, y yo lo sé.
Y lo
sabemos porque como humanos que somos,
no sólo
follamos.
También
plasmamos aquello que nos vacía
para
llenarnos.
Y me
quiero más cuando le tengo. A él.
Porque
sé que de lo único que voy a estar enamorada
toda mi
vida, es del arte.
Y me da
igual si te vas, porque será otra excusa más
para
darte la patada e irle a buscar,
que será
el único que se quede más allá del día de mi muerte.
Y sinceramente, no es algo que me preocupe.
O sí,
tal vez yerre y me desdiga de lo dicho,
pero no
serás tú quien me muestre que la realidad
es mejor
que la ficción.
Porque
el planeta está lleno de actores y actrices
que
dicen tener una vida de película
y sólo
fingen para que alguien les muestre qué es el amor.
Amor es
lo que hacemos por el arte,
por amor
de odiarte,
por ser
capaz de no largarme,
cuando
las piernas flaquean
y en el
congelador sólo queda pan.
Y en el
salón estoy yo desnuda
intentando
hacerme a mí,
recomponiéndome
de todo lo que un día fui.
De algo
que jamás seré,
y que
posiblemente no será arte.
Pero yo
me quedo,
y él me
queda bien cuando lo llevo a todas partes
en una
talla M que me aprieta el alma.
Donde no
bailo sola,
pero
todos nos sentimos solos.
Y mira,
no me importa si escuece
porque
luego sucede.
Sucede
que enseñas lo que haces
y
alguien lo siente,
lo
siente como si lo hubiese sacado él mismo de su vientre.
Y por
eso y mucho más
te
necesito, Arte.
(Obra de Roberto López)