sábado, 8 de febrero de 2014

Sin querer.

   Poner del revés tu nombre,
mis esquemas,
y nuestros problemas.
   Arañar la vida,
como si no fueses la mía.
   Callar al pasado
como si se tratase
de un recuerdo olvidado.
   Besar tus miedos
y hacerles el amor
todas las mañanas.
   Hacerte cosquillas
en las costillas
y que tus mejillas
respiren alegría.
   Susurrarte mis latidos
mientras te acaricio el corazón.
   Morder tus nudillos
en caso de incendio.
   Bajar al infierno
y entrar por la puerta grande
para después
ascender a tus pupilas
y presumir de vistas.
   Escribir sobre lo abstracto
que es quererte,
puesto que aún
no te conozco
y estas palabras
hablan de ti
y de mí,
amor.
   Pero tú
no digas nada,
que ya duelo yo
por los dos.



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